BIOGRAFIA Nº 14
GINÉS CAMARASA GARCÍA
(Biografía contada por su hijo Ingenio)
Ginés Camarasa García, nació en la población de Villena, el 23 de Noviembre de 1898 y falleció en Barcelona el 6 de junio de 1972. Siendo el hijo mayor de una familia campesina de cuatro hermanos, dos chicos y dos chicas. A los 8 años dado la necesidad que había en las familias obreras, ya acompañaba a su padre en las faenas del campo, para hacer buenamente lo que podía en aquella corta edad, por lo cual su escolarización fue muy precaria, no obstante, gracias sobre todo a la asistencia a una Escuela Pública de la que fue maestro D. José Chanzá, verdadero apóstol de la enseñanza, ya que era de ideas progresistas para aquella obscura época. Además de ser un gran lector y amigo de inculcar a sus alumnos el amor a los libros, cosa que Ginés aprovechó satisfactoriamente.
Como su madre veía el porvenir que le esperaba, el seguía el oficio del padre en las tareas del campo, habló su madre con su hermano que tenía un pequeño taller de sillería, para que Ginés fuese con él a aprender dicho oficio de sillero, pues su madre creía, que así sería un hombre de provecho.
Su tío con la escusa de que era sobrino, le aplicó una enseñanza del oficio, basada en la creencia de aquellos tiempos de que “ la letra con sangre entra”, explotándolo si cabe, más que a los otros empleados que tenía, ya que aparte de las largas jornadas de entonces, y cuando los demás empleados, hacían fiesta los domingos, a él le hacía ir muy temprano en la mañana a limpiar y escoger el serrín y la viruta, de los retales de leña que hacía servir en su domicilio particular para encender el hogar y cocinar en él. Eso sí, a las doce del medio día, tenía que tenerlo todo terminado, para poder asistir a la misa dominical obligatoria, para que el chiquillo tuviese el alma bien limpia.
Fue un periodo duro y doloroso de su vida, que Ginés no olvidaría, pero que le sirvió para ir formándose una fuerte personalidad, labrada en la adversidad y el trabajo bien duro, pero que debido a su afán de superación, le llevó a aprender el oficio de sillero correctamente, del que fue un perfecto profesional.
Pero en aquella época, ocurrió un hecho trágico y doloroso en su vida, como fue la pérdida de su querida madre. Fue un 28 de noviembre de 1911, cuando su madre sólo contaba 39 años de edad, dejando aquel hogar casi deshecho, ya que Ginés contaba 13 años recién cumplidos, teniéndose que hacer cargo con la mira del padre, su hermana María que era 3 años más joven que él y por lo tanto una joven criatura.
Siguió el aprendizaje con su tío, con el que tuvo muchos enfrentamientos ante las injusticias de que eran objeto los trabajadores, granjeándose con ellos las simpatías de sus compañeros de oficio, hasta el extremo, de que todos querían tenerlo en su equipo de trabajo, que se componía de tres personas, que eran el oficial, el ayudante que era un medio oficial y el aprendiz, ya que la faena para que al patrono le saliera más provechosa, la hacían a destajo, obligando con ello a que se esforzaran más para obtener algo más de beneficio el obrero.
Cuando cumplió los 14 años, y siendo casi un oficial, un compañero algo mayor que él, Enrique Adrián, le propuso el afiliarse al Partido Socialista que había en la Casa del Pueblo, pues le dijo: que así podían defender mejor sus derechos; cosa que así hizo. Asistió a reuniones y charlas, conociendo allí a un compañero mayor que él, que le iba a cambiar las concepciones ideológicas, ya que aquel compañero llamado Enrique Guardiola era partidario del Socialismo utópico no marxista, o sea que estaba más cerca del anarquismo. Cuando contaba algo más de 15 años, tuvo un duro enfrentamiento con su tío y al no tener que respetar ya el parentesco que les unía por haber fallecido su madre optó por irse del taller de su tío para siempre.
Como en aquella época había bastante faena como consecuencia de haber empezado la Guerra Europea, no tardó en encontrar faena de su oficio en otro taller, en donde además de estar más considerado, ganaba más, eso sin ser ningún pariente suyo. En aquel taller estuvo trabajando unos meses, y como quiera que en lo profesional aspiraba a algo más, marchó a otro taller de mayor importancia en el que también hacían trabajo de ebanistería en forma de comedores y dormitorios.
Como quiera, que además de lo laboral se iba formando en lo humano, no se perdía ningún acto cultural que transcurriera en el pueblo y de entonces fue, cuando entabló cierta relación con el escritor Eugenio Noel, que vino a Villena a dar algunas charlas y conferencias invitado por las fuerzas progresistas de la población, que como lógico chocó con los poderosos, lo que atrajo los simpatías de los humildes y progresistas; dado su polémica posición anticlerical y antitaurina, cosa que Ginés se lo hizo saber, el cual le contestó, si, pero además escribo sobre otros temas.
Por aquella época, fue por Villena para dar unas conferencias el escritor y bohemio Eugenio Noél, que era muy polémico y progresista y debido a la gran amistad que entabló con el farmacéutico Sr. Giner y su esposa que tocaba muy bien el piano y que le invitaban en las tardes a las veladas musicales. Escribió el “Allegreto de la Sinfonía VII”, novela cuya acción transcurre en Villena.
En el trabajo, además de sillero, fue formándose como ebanista por lo cual cogió mas confianza en el oficio, y atraído por las cuestiones sociales que ocurrían en Cataluña, sobre todo en Barcelona, sin haber cumplido los 17 años, le dijo a su padre, si le daba permiso, que pensaba irse a trabajar a Barcelona, lo que su padre en principio le negó, pero ante la insistencia de su hijo que se sentía “encorsetado” en el pueblo, al final accedió, pensando que al ampliar el horizonte tendría más posibilidades que de continuar en el pueblo.
Dado que no fumaba ni bebía, que entonces, como ocurre ahora, el mayor vicio de la juventud pudo hacer unos ahorros que le servirían para empezar la aventura catalana.
Un buen día, despidiéndose de su padre y la familia partió hacia Barcelona llevando consigo la dirección de una paisana que en su casa tenía chicos a dormir, y la de otro paisano que tenía un pequeño taller de ebanistería en la calle Carretas; partió como digo con este bagaje hacia la aventura, y lo primero que hizo al llegar fue dejar la maleta en la habitación en donde iba a dormir e ir en busca de trabajo. Todo salió de momento bien, aunque en un principio, el sueldo apenas le cubría la comida y la habitación, con lo cual no podía tener ninguna otra distracción que los festivos darse largos paseos por Barcelona.
Una vez colocado, contactó con el Sindicato de la C.N.T. asistiendo cuando el trabajo se lo permitía a conferencias y reuniones aprendiendo de la gente más veterana y más experimentada en Anarcosindicalismo.
Vivió la célebre Huelga de la Canadiense, y además de seguir su curso asistió al MITÍN DE LA plaza de Toros de la Arenas, que entre otros participantes, destacó Salvador Seguí “El Noi del Sucre”, quedando para siempre maravillado de la poderosa oratoria.
Va pasando el tiempo, en el que con su trabajo va mejorando su situación económica, reponiendo poco a poco la ropa que trajo del pueblo, a la par de poder ir a algún espectáculo teatral y asistir a la representación de la zarzuelas a las que era muy aficionado, que en aquella época se representaban diariamente en los Teatros del Paralelo.
Al ser de la quinta de 1919, cuando fue llamado a filas a últimos de 1919, marchó al pueblo para poder abrazar a l familia y estar unos meses con ellos hasta febrero de 1920, en donde fue destinado al Regimiento de Infantería nº 63 de Mahón en la Isla de Menorca, en donde llegó el 28 de febrero de 1920.
Lo primero que hizo al llegar a Mahón, fue contestar con los militantes de la C.N.T., que fueron Juan Ripoll y José Pons, que eran de su edad, así como con la familia de Lorenzo Tudurí y Micaela Bonet, que eran mayores y que además de compañeros, fueron como unos padres para él por su bondad y amistad que le profesaron, hasta el extremo que además de guardarle la ropa de paisano, le lavaban la ropa de militar, a la par que con el tiempo le guardaron periódicos y libros, que en el Cuartel no convenía tenerlos. Por medio de ellos conoció y contactó con otros compañeros que estaban de soldados en el mismo Cuartel, como fueron Joaquin Fornaguera de Lloret de Mar (que en guerra llegó a ser alcalde) así como Casalles alicantino de cerca de Jávea y un electricista cuyo nombre no recuerdo, que vivía en Barcelona y era de origen murciano. Como quiera que fueran compañeros capacitados, cada uno ocupó un buen Destino en el Cuartel, uno de Carpintero, otro de Albañil, y el otro de electricista. Dado que dichos talleres estaban ubicados en unos almacenes fuera del recinto del Cuartel, estaban bastante “despistados”. De ahí, que cuando a finales de 1920 llegaron un numeroso grupo de detenidos y presos procedente de Barcelona por motivos políticos y sindicales en su mayoría de la C.N.T. entre los que estaban: Salvador Seguí, Lluis Companys; Marti Barrera, Joaquín Maurin, Dionisio Eroles, Juan Rueda y Francisco M. Arín, con el que intimó mucho y guardó una profunda amistad hasta que fue asesinado en Sevilla al comienzo de Alzamiento en 1936. Fueron internados completamente incomunicados en el Penal Militar de La Mola, que por cierto, era custodiado por el 63 Regimiento al que pertenecía Ginés, estando de cabo Guardia el compañero alicantino Caselles, con el que se pusieron rápidamente en contacto Fornaguera y Camarasa, para lo cual se embarcaron en una barcaza que hacía el recorrido del Puerto de Mahón a La Mola, y que denominaban, la Faula, y que al ir con el mismo uniforme militar del Regimiento no infundieron ninguna sospecha. Así que juntos maquinaron el plan, de meterse Fornaguera y Camarasa en los lavados comunales, ya que al no poseerlos las celdas tenían que desplazarse a los mismos custodiados de uno a uno por el cabo de guardia, con lo cual durante parte de la noche el cabo de Caselles, fue avisando a los de más confianza y así poderse entrevistar con ellos. Ginés siempre guardó un grato e imborrable recuerdo de aquellos hombres que representaban lo más granado del anoarcosindicalismo de Catalunya, al mismo tiempo que ellos con su humildad les re tramitaron su amistad y compañerismo, que les levantó el ánimo de ver que aún en aquellas situaciones extremas de incomunicación, contaban con compañeros afines a sus ideas.
Pero lo anecdótico y pintoresco, fue el regreso de Camarasa y Fornaguera a Mahón, ya que la Faula dejaba de hacer el servicio por la noche, así que tuvieron que regresar a nado los dos en plena noche, con el atillo de la ropa atado a la espalda, liada con hules para que no se mojara. Tanto Camarasa como Fornaguera, eran expertos nadadores, con lo cual hicieron la travesía sin novedad ni contratiempo alguno, llegando a los talleres antes del toque de diana, en donde les esperaban ansiosos por saber el resultado los demás compañeros. Al estar fuera del recinto del Cuartel, no se llegó a enterar nadie ajeno a ellos.
Agradecidos aquellos hombres del trato recibido, cuando se les levantó la incomunicación y pudieron venir a verles los familiares, y cuando al cabo del tiempo les fueron poniendo en libertad, Seguí, volvió para agradecérselo al pueblo mahonés, dando unas conferencias por la Isla, que Ginés de paisano fue siguiendo, recordando la última que dio en Mahón, como la conferencia más preciosa y emotiva que había oído en su vida. Lástima que al mes de ser licenciado el 25 de febrero de 1923, a Seguí el 10 de Marzo de 1923, lo asesinaron en Barcelona los sicarios de la reacción, cortando con ellos una de las mentes más claras del Anorcosindicalismo catalán. Para Camarasa fue un golpe durísimo que jamás olvidó, y mientras vivió en Barcelona no dejó de ponerle flores sobre su nicho en el Monasterio de Montjuic.
Cuando volvió a Villena a los tres años, lo primero que hizo una vez buscado el trabajo, fue el fundar en Villena el Sindicato Único de la C.N.T en compañía de José Salinas, Pedro Pujalte, Antonio Gómez entre otros, así como el mentor en las ideas: Enrique Guardiola. Formaron un Ateneo Racionalista.
Cuando el Sindicato estaba encarrillado y empezaba a tener fuerza entre la juventud consciente de Villena, vino la maldita dictadura de Primo de Rivera, que además de clausurar los Sindicatos disolvió también los Ayuntamientos que no le eran afines, empezando con ello una larga trayectoria de clandestinidad. De entonces es cuando funcionaron las llamadas cuerdas de presos, en las que custodiados por la Guardia Civil, llevaban andando a los detenidos hasta el lugar en que eran desterrados, siendo uno de los que llegaron a Villena desde Vilonova y Geltrud, el compañero Juan Aranz, al que enseguida de prestarle ayuda, se le buscó un trabajo hasta que al tiempo pudo regresar a su tierra catalana. Con él Camarasa, siempre guardó una estrecha amistad a través del tiempo hasta la desaparición de ambos.
Como quiera que los sindicatos funcionaban mal, la represión imperante, se formaron grupos afines más difíciles de detectar, para formar en el año 1927 en la Barriada de Cabañal en Valencia la Fundación de la F.A.I. a la que fueron en nombre del grupo Humanidad Nueva de Villena, sus representantes en las personas de Ginés Camarasa y Pedro Pujalte.
Por la represión ejercida por la Dictadura, Camarasa se marchó a vivir a primeros de 1928 a Elda, que al ser también perseguido, tuvo que marchar a Barcelona a refugiarse, dónde también habían marchado ya José Salinas, Pedro Pujalte, Andrés Valiente, y Antonio Gómez entre otros de Villena, así como otros muchos de Elda, que se irían viendo por Barcelona en diferentes épocas.
Como en Barcelona la militancia estaba de que no presa, desterrada o perseguida, su hueco, lo iban ocupando los que llegaban de Valencia, Murcia o Aragón, ocupando los cargos en los Comités clandestinos. Como Manuel Sirvent de Elda ocupó el de Secretario del Regional, Camarasa y otros compañeros colaboraron con él, ya que se encontraban aquellas poblaciones de Alcoy, Villena y Elda, de honda raigambre confederal, y que irradiaba su influencia en sus respectivas comarcas del Vinalopó.
Cuando cae al fin La Dictadura, van regresando a Villena casi todos, excepto Antonio Gómez que se quedaría para siempre por tierras barcelonesas así como otros de otras poblaciones, que ya no regresaron a sus lugares de origen.
Ginés, regresa en 1930 a Villena, acompañándole mi madre y yo que a la sazón tenía cuatro añitos, pues había nacido en el año 1926 en Villena.
De aquella época, es cuando tuvo una amistad que le duró toda la vida, con Vicente Galindo “FONTAURA”,así como Juan Manuel Molina “JUANEL”. Fontaura, era oriundo de Badalona y fue a residir a Elda, y Juanel lo era de Jumilla pueblo cercano a Villena en la provincia de Murcia, pero que se trasladó a Barcelona.
En Villena, en compañía de Pedro Pujalte y de Pascual Giménez algo más joven que ellos, montaron un pequeño taller de Ebanisteria en comunidad, en el cual también teníamos nosotros nuestra vivienda. Por allí pasaron muchos compañeros, unas veces para dar conferencias, cuando las circunstancias lo permitían, o huyendo perseguidos otras veces, como el caso de Domingo Germinal, que al regreso de una larga estancia por tierras cubanas, recalaría por tierras alicantinas largas temporadas y por lo tanto por nuestra casa, así como Juan Rueda, fogoso conferenciante andaluz que estuvo largo tiempo por tierras valencianas.
Como aquel taller parecía una sucursal del Sindicato, por los sucesos de Octubre de 1934, vino la Guardia Civil a detener a mí padre, que avisado de antemano, pudo escapar a tiempo a través del vecino pueblo de Benejama, en donde el compañero José Mollá Bernabeu, le proporcionó su cedula personal con la que se trasladó otra vez a Barcelona vía Valencia. Por desgracia este magnífico compañero, siete años después sería fusilado en Alicante en Enero de 1941. Así como el socio compañero del taller que fue detenido en el 34, también fue fusilado el Alicante en Julio de 1942. Pero no adelantemos acontecimientos.
Una vez llega a Barcelona en 1934, en donde también llegaron Andrés Valiente, sillero como él y Antonio Blanqued de oficio zapatero, alquilaron una planta baja en la calle Fonthonrada de Poble Sec, y a la que más tarde vinimos las respectivas familias.
Como siempre, y a pesar de estar con nombre supuesto, enseguida toma contacto con compañeros sobre todo de Elda, como Miguel Pomares, Anibal Esquembre y otra vez con Manuel Sirvent, que todos eran zapateros entre compañeros para discutir sobre las Ideas y los problemas La confluencia del Paralelo con las Rondas, así como las visitas al Sindicato de la Madera en Poble Sec, para cotizar y oir alguna conferencia como la que dio poco antes del Movimiento, Joan García Oliver, en que siendo pequeño el local en donde la daba, había gente hasta en las escaleras de acceso a dicho local.
De aquella época del 34 al 36, es cuando tiene más relación con Felipe Alaíz, así como con otros aragoneses como con José Portolés.
Recuerdo en una entrevista en el despacho de Felipe Alaíz, que se interesó por una ocupación por parte de compañeros de Caudete en la provincia de Albacete, pueblo cercano a Villena, que ante el boicot que le hacían los terratenientes agrícolas, por ser de la C .N.T. ocuparon un bajo monte propiedad del Estado, y allí plantaron y explotaron en régimen comunitario, productos agrícolas, lo que les ayudaba a su subsistencia, a la par que por la noche cuando se iban los guardias forestales, iban a los montes cercanos a talar árboles que más tarde vendían a las serrerías de Villena. Como digo de todo eso se interesó Felipe Alaíz.
Así pasa el tiempo, y llega el 18 de Julio, el 19 en Barcelona y antes el Levantamiento Militar, en compañía del paisano Valiente es uno de los que levantan la Barricada delante del Molino en el Paralelo, así como cuando llegan los fusiles en camiones procedentes del Cuartel de San Andrés, toman parte en el asalto al Cuartel de Atarazanas, que como ya se sabe, cayó muerto Francisco Ascaso el mítico compañero de Durruti. Triunfante la Revolución en Barcelona, a mediados del mes de Agosto, marchamos la familia de Andrés Valiente y nosotros a Villena, pues según decía Ginés, aquí en Barcelona había muchos compañeros y en el pueblo era más necesaria su presencia.
Como es Agosto, ya están ocupados los puestos de responsabilidad, y les asignan a Valiente y Camarasa, la formación de la Comisión de Asistencia Social y Ayuda al Refugiado, ya que procedentes de la zona del centro en donde está el frente, empieza a llegar a la Retaguardia evacuados gente procedentes en donde se lucha contra fascistas.
Para ello, se acogen en las casas del pueblo deshabitadas, se les proporciona ropa, a la par que se monta un comedor colectivo, en el que reciben, al mediodía y en la noche, comida todas las familias.
Como las fábricas han sido abandonadas por sus dueños, se les hace funcionar por parte de los trabajadores en régimen colectivo, que para sincronizar todo ello, se crea un organismo socializante que se denominó: C.R.E.S. (Consejo Regulador de la Economía Socialista) integrada por los respectivos representantes de las diferentes industrias que lo conformaran, que estaban dentro a su vez de los distintos Sindicatos Obreros. Con el fin de que todas las industrias necesarias funcionasen, tanto si eran rentables como si no. Existía la Caja Reguladora que con las ganancias de unas, se ayudaban a las que tenían menos beneficio. Colectivizándose también las grandes fincas agrícolas, dejándose a la libre elección de los pequeños que podían explotar sus tierras como mejor deseasen, bien entrando en la colectividad o trabajándolas por su cuenta, con lo cual se evitaban problemas. Dado que mucha juventud había marchado a los frentes en lucha, sus puestos tanta en el campo como en la industria, fueron ocupados por las mujeres que llegaron a realizar un perfecto trabajo en todas las actividades.
Se montó en unos grandes salones de una sociedad recreativa, un Hospital de Sangre para atender a los heridos que bajaban del Frente organizado por un Teniente de Sanidad bajado desde Madrid para tal fin, y fue posible por la ayuda de los diferentes organismos del pueblo, así como con la colaboración de los médicos disponibles en el pueblo, que al no haber enfermeras, se reciclaron sobre todo entre las barnizadoras de muebles, ya que dicha industria disponía de suficiente personal. Dicho Teniente que se hizo cargo y responsable del Hospital, se llamaba Julián Cervantes Infantes y estaba afiliado a la C.N.T.
A últimos de 1936, baja desde el Frente al compañero de la C.N.T. José Villanova, enviado por Cipriano Mera, con el encargo de reclutar voluntarios para el Frente, formándose en Villena con jóvenes del pueblo y la comarca, una columna que se denominó “ESPAÑA LIBRE” siendo sus componentes todos procedentes del Sindicato Confederal, y que estuvo luchando por Madrid y Guadalajara con gran valor.
A mediados del año 1938, Camarasa dejó la Comisión de Asistencia Social que compaginaba con el cargo de Presidente de la Industria del Mueble, en el organismo del C.R.E.S., ya que también se tiene que hacer cargo de la Federación Local de Sindicatos Únicos, al tener que marchar al Frente el anterior Secretario Pascual Giménez, que lo había estado ejerciendo anteriormente y casi desde el comienzo de la guerra.
Por la marcha de la guerra y su duración, el Gobierno va movilizando y pidiendo quintas, llegándole a finales de 1938 a la quinta de 1909 a la que pertenecía Camarasa, se le moviliza, marchando a Valencia en donde además del Comité de Levante, está el Sub-Comité de la C.N.T. al que se incorpora Camarasa en la Sección de Defensa, en el que hay compañeros de Alcoy y de Elda ocupando cargos de importancia que son viejos conocidos de Camarasa. Y cuando llega la debacle del final de la guerra le coge allí, siendo el encargado de llevar para entregarlos a los compañeros comprometidos de Villena, los Pasaportes de embarque en los barcos que tienen que salir del Puerto de Alicante. Llegó a entregar 10 o 12 a los compañeros que encontró allí y que fueron los últimos que pudieron embarcar para Orán, con lo cual se salvaron, no así la inmensa mayoría que al ir bajando de los Frentes, se fueron amontonando en dicho Puerto así como pasó a Camarasa, que fue uno más de los más de 25.000 hombres y mujeres que fueron copados allí, al no venir los prometidos barcos que hubieran hecho posible el poderse ir exiliados a tierras extranjeras.
Todos aquellos combatientes republicanos, fueron hechos prisioneros en primer término por los soldados italianos, que al ser fuerzas motorizadas ligeras, fueron los primeros que llegaron a Alicante. Se les conminó a que se entregaran para así ir desalojando dicho Puerto, y en largas caravanas los trasladaron a los pocos días a un improvisado Campo de Concentración en unos inmensos terrenos rodeados de alambradas en el que había campos de almendros, por cuyo motivo se pasó a denominar aquel campo de concentración :”Campo de los Almendros”. Como aquel campo de concentración no reunía condiciones sanitarias ni de seguridad, a la par de que era difícil de mantener, ya que ante la falta de alimentos y el hambre que pasaban, se empezaron a comer todo lo tierno que contenían dichos árboles, terminando por los tallos y hojas tiernas, quedando aquellos pobres árboles en estado tan lastimoso como si les hubiera pasado la plaga de la “Langosta”. Visto aquello, empezaron a “limpiar” el campo, sacando en principio a los militares de graduación para internarlos en el Castillo que al estar fortificado era el lugar más seguro, así como a mujeres y jóvenes los internaron en Teatros, y otros muchos los fueron llevados a la Plaza de Toros, siendo al final vaciado totalmente, al llevarse en trenes al Célebre Campo de Concentración de Albatera en dicha población. Y allí fue a parar con varios miles más Camarasa y demás compañeros de Villena. Allí lo pudimos ver el 4 o 5 de abril, una tía mía hermana de mi padre y yo al ir a llevarle comida.
Para paliar algo el problema en aquel campo en el que hay tantos miles de prisioneros, las autoridades piensan darle salida a los que sean de la provincia ALICANTE. Creyendo los prisioneros que era una medida benigna, se equivocaron, ya que salían con un pase con la obligación de presentarse en los respectivos pueblos, que daba sensación de la libertad, pero no fue así, ya que conforme se fueron presentando los detenían y encarcelaban, con lo que consiguieron tenerlos presos pero cada uno controlado en su pueblo de origen. Pero Camarasa al no salir con el grueso de paisanos, y teniendo más experiencia escapatoria, no se presentó y estuvo unos meses escondido, hasta que unos meses más tarde y con nombre supuesto marchara otra vez a Barcelona a refugiarse, y eso fue la salvación de que no lo detuvieran en Villena.
La documentación que llevaba, era la Cedula de un compañero de Alicante llamado Felipe Martínez Pérez, que fue su nueva identidad a partir de Octubre de 1939, con la que llegó sin novedad a Barcelona, contactando con paisanos y compañeros de confianza. Buscó trabajo nuevamente, y en cuanto pudo dado su espíritu de independencia, alquiló una planta baja en la calle Sicilia al lado de la Sagrada Familia, montando taller de sillería. A pesar de estar con nombre supuesto, enseguida empezó a tener relación con compañeros que estaban en su misma situación de camuflaje, sobre todo de la región valenciana, ya que los de Barcelona al haber podido irse a Francia la mayoría lo habían hecho anteriormente.
Como de nuevo a actuar clandestinamente y colaborar en la Organización, sobre todo con el Grupo de Levante, por ser oriundo de aquella parte, además de al ser los que más conoce son los que resultan de más confianza. Siendo la principal actividad en aquellos tiempos, la de poner a salvo a compañeros comprometidos a través del paso de la Frontera con Francia, con lo que llegó a colaborar con lo que se conoció el Grupo de Ponzán, famoso y efectivo hasta que tiempos después cayera en manos de la Gestapo alemana y eliminados todos sus componentes.
Como a la corta o a la larga, estas actividades le llega a la policía, a través de las confidencias de un ex compañero campesino de la comarca de Castellón apodado Artal, detuvieron en Barcelona un numeroso grupo de compañeros, entre los que además de Camarasa, estaba Armando López, Manuel Villar y José Granell de Carcaixent entre otros, siendo Camarasa y López de los que mejor parados fueron, ya que Villar no salió en libertad hasta 1946 y al viejo Granell como se le conocía al de Carcaixent, lo fusilarían en Valencia en 1942 a los 66 años de edad.
Camarasa tuvo cierta suerte, ya que Artal lo había conocido en tiempo de guerra en Valencia, y creyó pertenecía al Comité Regional y no sabía que estuvo en el Sub-Comité Nacional, además que siempre lo relacionó con la gente de Elda también se equivocó en eso, ya que al pedir informes en Elda no lo conocían allí, y cuando pudieron relacionarlo con Villena, al pedir informes, por verdadera incógnita nunca contestaron tampoco, así que en diciembre de 1941 a los 6 meses de su detención que había ocurrido en Junio de 1941, salió de la cárcel Modelo de Barcelona en Libertad vigilada, pero ya con su verdadero nombre de Ginés Camarasa. Aunque en el terreno personal, no quedó también, ya que su compañera a consecuencia de su detención se desquició y tuvo un grave accidente que por las secuelas que tuvo fallecería en 1944.
En enero de 1942, me vengo yo del pueblo a reunirme con él y trabajar juntos, y dado que la planta baja de la calle Sicilia se perdió, buscamos otra planta baja para poder trabajar y vivir en ella, que por fin encontramos en la calle Tánger en la Barriada del Clot.
Como nunca dejó de colaborar en la marcha clandestina de la Organización de la C.N.T., en el año 1945 lo detuvieron en compañía de varios compañeros, y al no poderlo relacionar con ningún cargo, como castigo después de los duros castigos en la Jefatura, lo mandaron a la Modelo con un mes como preso gubernativo con los “chorizos” y delincuentes comunes en vez de hacerlo con los políticos-sociales.
En 1947, vuelve a ser detenido con los componentes del Comité Nacional de Marcos Nadal y el Regional de José Esteve “German” , y del que era Camarasa responsable de la Secretaría de Jurídica y Comité Pro-Presos, que al funcionar aparte un poco autónoma y llevarla Camarasa muy discretamente, al hacer el registro en casa no encontraron nada, saliendo al par de semanas de interrogatorios y careos, sin cargo alguno. Pero eso sí, con el consabido nerviosismo y zozobra que conlleva el pasar por aquellas situaciones, cuando se pasaba por Jefatura, en la que como se sabe en aquellos tiempos no repartían rosas.
Al continuar Camarasa en la Secretaría de Pro-Presos, por espacio de más de 10 años, caso insólito en aquellos tiempos, se vio involucrado muchas veces en las distintas detenciones que había, y cuando por fin en el año 1957 deja dicha Secretaría en manos de su sucesor, a los cuatro o cinco meses, sería detenido con toda la documentación y como se puede suponer, se pasó una temporada a la sombra.
En el año 1958, y avalado por el Comité Regional, entró en contacto con el Moviment Socialista de Reventós, que al poco tiempo tuvieron la mala suerte de que los detuvieran en Barcelona así como a los contactos que tenía con el resto de España, que en total fueron unas 50 detenciones, y al cogerle a uno de ellos la dirección de mi padre también lo detuvieron, y que por suerte lo encartaron en el proceso como un socialista más, recibiendo por ello un trato correcto, ya que al haber gente importante de Abogados, Profesores, Industriales y Estudiantes reconocidos, fue la única vez que no recibió ninguna “Ostia sin consagrar”. En la Modelo celebró su 60 cumpleaños, saliendo al mes sin cargos.
En el año 1959, y debido a tantas caídas de compañeros en lo distintos Comités habidos en estos veinte años de lucha clandestina, el que no está huido, terriblemente fichado y cansado de tanta lucha, o se ha marchado al extranjero, quedan pocos compañeros disponibles para hacerse cargo de algún comité, así que Camarasa vuelve a empezar la lucha que nunca ha dejado, y se hace cargo provisionalmente de la Secretaría del Comité Nacional hasta que se pueda nombrar otro oficialmente, y en donde fue ayudado en Catalunya por los compañeros José Bueso y Germen. Cedió dicho puesto en el compañero Ismael Rodríguez que había sido nombrado para dicho cargo, que como tantos más sería detenido también en el año 1960 a los pocos meses de su andadura, y es que a la C.N.T. nunca le dejaron levantar cabeza el Régimen Franquista.
En el año 1960, por su relación con el Comité Regional de Catalunya, cuando la policía iba a detenerlo, al vivir en planta baja, se escapó y evitó ser detenido, por una ventana que daba a otra vivienda, y con la complicidad del vecino pudo salir por su vivienda y salir de esa forma a la calle sin ser visto.
La última vez que fue detenido, fue e el año 1962 por el motivo de encontrarse en Madrid la policía su dirección a unos jóvenes que habían venido de Francia, pero al comprobar que no tenía que ver con ellos ya que se la había facilitado a uno de ellos un paisano que no tenía ninguna relación política o social, a los pocos días salió desde la Jefatura pero en la comunicación que tuve con mi padre, comprobé ya los síntomas del Parckinson, y es que con 64 años su organismo no pudo resistir más todas las vicisitudes y zozobras pasadas.
Hasta aquí un esbozo de la azarosa vida de un compañero de base, que tanto luchó por mantener viva la llama de la C.N.T. y que debido al deterioro de su salud minada por el maldito Parckinson, terminó falleciendo en Barcelona el 6 de Junio de 1972.
Su entierro fue civil sin ningún signo religioso, acompañado por los compañeros que tanto habían luchando como él.
Descansa en el Cementerio de Montjuic, el mismo que tantas veces había visitado para cuidar las tres tumbas de Ferre, Ascaso y Durruti, cuando no estaba permitido el hacerlo libremente, siendo hasta su último aliento fiel a sus ideales anarcosindicalistas.
Barcelona Junio de 2004.
“Esta semblanza biografía sobre mi padre, la hicimos Antonia y yo para un acto que se celebró en Tarrasa y al que asistió Antonia”.
Eugenio Camarasa.
(Existe otra biografía mecanografiada por su hijo más extensa que se depositará con el resto de materiales de Ginés en la Fundación José Mª Soler.)
FOTO N. 1: Maestro Chanzá
FOTO N. 2: Homenaje a Gines Camarasa y a Antonia Ugeda en Tarrasa
FOTO N. 3: Pedro Pujalte, Ginés Camarada y Antonio Blanqued. Estuvieron con Pena de Muerte en la cárcel de Alicante.
FOTO N. 4 Pascual Giménez Tomás
FOTO N. 5. Stambrook
FOTO N. 6: 8 de septiembre de 1.941. Exiliados en Orán. Fueron los últimos que embarcaron de Villena en el Stambrook el 28 de marzo de 1.939. Se la mandaron a Pascual Giménez, fusilado el 26 de Julio de 1.942. Arriba con sombrero Pascual Poveda, ex Alcalde de la U.G.T. José Tortosa Moya contable de la C.N.T; Remigio Flor Camarasa, de la C.N.T; José Selva Verdú de la C.N.T.; con barba, gafas y boina Bastillo de la U.G.T; Agachados: X era de U.G.T; Salvador Soriano de U.G.T.; con barba José Salinas C.N.T; Gonzalo Palaci de U.G.T.
FOTO N.7 :CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE ALBATERA
FOTO N. 8: GINES CAMARASA