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ISABEL MARTÍNEZ MARTÍ.  Restaurante Hotel SALVADORA. 12 de Febrero de 2025

Entrevista realizada en el comedor de dicho restaurante, concertada con su hijo Paco, para conocer algo más de esta empresa que lleva tantos años en Villena. Nosotras habíamos leído lo que se había presentado para los Premios para la investigación de la Fundación José Mª Soler y en momentos tenemos que ayudarle porque la memoria no era muy buena.

Nació en 1936. Tiene 89 años por lo que hay cosas que no recuerda muy bien.

ISABEL. - Son cinco generaciones: los abuelos de mi marido, los padres, mi marido conmigo   y ahora mi hijo. Yo me vine con 21 años de Benisa. Y aquí estoy.

ENTREVISTADORAS. - ¿Y en el mismo edificio todo el tiempo?

ISABEL. - Si, aquí. Con los abuelos de mi suegra y ya era posada. ¡Pero no estaban aquí! Estuvieron en una venta que había una cuesta y entraban los carruajes allí y en la posada Macario que estaba dónde actualmente está el Consun.  Yo eso no lo he conocido tampoco o sea yo me vine directamente aquí. Y aquí ya se han hecho cuatro

ENTREVISTADORAS. -¿Y usted se acuerda como estaba estructurado esto?

ISABEL. - Pues sí. Cuando subió el primer hombre a la Luna estábamos ahí (señala la puerta que da a la calle) que era un comedor chiquitín. Entonces venían muchos carreteros y viajantes y había una televisión pequeña y esto estaba lleno de gente y todos diciendo que ha subido el hombre a la luna. ¡Pasamos una noche buenísima! Estaba en la barra aquí y eso era la cocina de fuego (va señalando como estaba antes). ¡Y las habitaciones arriba!

ENTREVISTADORAS. -¿Y usted de qué se encargaba?

ISABEL. - Yo con muchas más personas, porque entonces había muchísimos trabajos. Aquí no había trabajo de nadie era trabajo de todos. Que hacías falta en el comedor o en la cocina, que hacía falta en las habitaciones, … aquí no había puesto de nadie. Íbamos todos a una, a dónde hiciera falta.  Si había mucha gente en la barra, te decían: oye sal que está lleno.

ENTREVISTADORAS. - Es decir que usted por ejemplo no era la encargada de la cocina o de las habitaciones.

ISABEL. - No. La encargada de la cocina era mi suegra y mi marido le ayudaba. Porque entonces la mujer hacía lo que sabía. No había ido a ningún colegio a enseñarse a cocinar. ¡Pero Salvadora era Salvadora! Allí no se iba nadie sin comer, todo el mundo…

ENTREVISTADORAS. - y seguro que lo haría súper bien

ISABEL. - Comidas caseras y rancho y a comer todo el mundo… paella, guisado, sepia pesadilla, pescado bueno, pero hoy no hay nada de todo eso, porque todo es congelado. No hay nada bueno.

ENTREVISTADORAS. - Y ella se ponía en la cocina y a sacar el trabajo

ISABEL. - Luego esto fue subiendo y ya entró mi marido y ya había tres cocineros. Y el que estaba haciendo habitaciones, que te llaman que el comedor que está lleno. Deja la habitación y a ayudar dónde hacía falta. Que se va no sé quién, quédate en la cocina. A dónde hubiera hueco. Entonces eran todos todos  a una

ENTREVISTADORAS. - Y a dónde hubiera hueco había que estar.

ISABEL. - A trabajar en todo y todos. Y nadie te decía: ¡ese no es mi puesto! Todos a hacer faena, lo que fuese y así se sube en los negocios. Ahora se han bajado todos.

ENTREVISTADORAS. - ¿Y en ese momento había otro hotel o pensión?

ISABEL. - Entonces era pensión y estaba también el hotel Alicante (en la Pza. del Rollo), el hotel Juanito que estaba en el Paseo, por la Estación, el Alcoyano y habitaciones Soler.  Y aquí estaba siempre lleno, porque teníamos ganas de trabajar, había que trabajar y había que hacerlo bien. No había un encargado que organizase todo. Aquí todos éramos dueños, todos criados y todos encargados. Aquí había que hacerlo todo, y así es como salen los negocios adelante. Para qué sirven tantos consejeros, tanto chofer, tanto … con una sobra, eso son gastos perdidos. ¿Tú tienes tu coche?, ¿tú cobras tu sueldo? condúcete el coche y paga tu gasolina, sí, sí, sí, y ya está. Pero no necesitas ni coche, ni consejero, ni ayudante, ni todo eso. A mí me dicen: ¿qué te crees que antes no se robaba? , pues sí, pero antes robaba uno sólo y ahora roban muchos. Miles robando todos los días. Antes robaba uno, pero había trabajo para todos pero ahora no hay dinero sólo para el que manda. Eso no puede ser.

ENTREVISTADORAS. - Entonces su suegra fue la maestra

ISABEL. - Sí,  mi suegra era la dueña de aquí. Eran seis hermanos y estaban aquí trabajando con ella cuando ella era joven. Luego al casarse, las familias y eso pues ella les dijo: me lo quedo yo. Esto era hasta la esquina, hasta los Piensos Alfonso, era todo de la misma finca. Cada hermano tenía un trozo. Ellos fueron vendiendo y mi suegra iba comprando. También compró lo de atrás que era de una hermana, dónde ahora están las habitaciones.  Y conforme iba haciendo falta iba añadiendo, reformando, o lo que hiciera falta. Al lado de este comedor estaba el garaje, que también era de ellos y luego estaban las cuadras donde guardaban antes los carreteros los carros, las mulas, todo eso y luego los coches. Bueno, los coches ya poco, porque luego lo cogió Rasasa, los hermanos Rasasa e hicieron un garaje para guardar coches. Al lado vivía una hermana de mi suegra que es dónde he vivido yo toda la vida y ahora vive mi hija y dos pisos de mi hijo Pablo y hasta la esquina de Alfonso. Pero luego fueron vendiendo, vendiendo, y mi suegra se quedó sola y se lo quedó todo ella. El edificio de las habitaciones ya lo hizo mi marido, según iba haciendo falta.  Iba recogiendo dinero e iba invirtiendo. A los bancos nada.  Si tenía dinero lo hacía y si no, no lo hacía. Yo también lo he hecho así:  si he tenido dinero me he comprado lo que me ha apetecido, pero si no he tenido no me lo he comprado. Lo de coger la tarjeta que no sabes lo que tienes y a lo mejor me paso. Tengo diez pues me gasto diez, que no tengo pues no me gasto nada.

ENTREVISTADORAS. - Esa es buena filosofía de vida.

ISABEL. - Es que si estiras el pie más largo de las sábanas se te sale.

ENTREVISTADORAS. -¿La fachada que se ve es la que había?

ISABEL. - No. Esta casa era de teja baja. No era así. Ahí hay una foto que se ve como era la fachada. Era de un calendario y se ve como era la placeta entonces (es la foto que acompaña la entrevista). Tenía una persiana de canutillos. Y era lo que había, no había otra cosa.

ENTREVISTADORAS. - Esto era sitio de paso porque pasaba la carretera de Madrid a Alicante.

ISABEL. - Los camiones sin parar, hasta las doce o la una, estaban llegando.   Por ejemplo, los colchones Flex que venían de Madrid, otros que salían de Alicante con mercancías para Madrid. Estaban hasta las 12 haciendo cenas y luego a las seis ya se abría. Mi marido a las 6 d la mañana ya se iba a Alicante a comprar el pescado fresco, el marisco, que antes se vendía mucho. A las 8´30 ó las 9 ya estaba aquí.

ENTREVISTADORAS. -¿Y era él el que se encargaba de poner la olla grande y de hacer la comida?

ISABEL. - Hasta que encontraron cocinero sí, luego ya había cocineros. Para hacer un negocio hay que moverse si no, no hay nada. Si tú solo mandas haz esto o lo otro así no marcha las cosas, tú tienes que estar delante. El ojo del amo engorda el caballo.

ENTREVISTADORAS. - Y luego ha dicho 5 generaciones han salido.

ISABEL. - Desde que yo estoy aquí he conocido cuatro modificaciones y esto fue un gran negocio. Se recogía el dinero y se hacía esto que hacía falta, pues vamos a reformar esto. La salvadora siempre ha sido una institución en Villena, ha sido una cosa muy importante y es todavía. Es que no había otro no había más. Aquí en Villena. Ahora tiendas no, pero bares hay un montón, porque es lo menos que cuesta de montar. Porque si no te va bien, mañana cierras y te vas, pero un negocio grande no puedes hacer eso, porque cuesta mucho dinero de montar.  Un barecito, lo pone una pareja uno hace los cafés con leche y el otro los sirve. Mañana   no va bien, cierras la puerta cogen los vasos que has comprado de los chinos, 20 euros, claro esto es una empresa de muchos años.

ENTREVISTADORAS. - Pues nuestra intención con el libro que hemos hecho con la suerte de que han concedido que se haga otra edición o sea que ya son dos ediciones y en esta última ya sale Salvadora o sea la historia de esta empresa.

ISABEL. - Que ya ves si hace ya años que podía haber salido.

ENTREVISTADORAS. - Es que no había ningún libro que hablara de trabajos de mujeres empresarias ni mujeres artistas, ni nada de mujeres relacionadas con Villena ni de ningún sitio.

ISABEL. - Las mujeres de Villena trabajaban mucho: había campo, había 140 fábricas de zapatos y quedan muy pocas, había fábricas de cemento, modistas a punta pala, de muebles, de sillas, … de todo. Los chinos y las ganas de trabajar. Ellos no tienen hora de empezar y terminar. Ellos vienen a trabajar. Aquí hubo una temporada que todos los que teníamos eran extranjeros, quitando tres que eran fijos que aún están. Algunos le decían: ellos vienen a quitarnos el trabajo y yo les decía: no te equivoques ellos vienen a hacer las faenas que los de aquí no quieren hacer.   A la hora que los llamas los tienes dispuestos: sábados, domingos, unas fiestas, cuando los llames están disponibles. Mi hijo ya dos años que e cierra por fiestas, da las comidas y por la tarde cierra.

ENTREVISTADORAS. - ¿Por qué no tiene personal que si no si abriría?

ISABEL. - Así es. Te dicen que para Fiestas no vienen a trabajar. Sábados y domingos no.Si es cuando más falta hacen. Entre semana no hace falta. 

ENTREVISTADORAS. - Claro porque son sitios de diversión de aprovechar de celebraciones

ISABEL. - No hagas de comer hoy que nos vamos a comer por ahí. Claro, eso entre semana no se puede hacer, estamos trabajando. Por eso, sábado y domingo sí.

ENTREVISTADORAS. - ¿Y sus hijos todos son cocineros?

ISABEL. - No. Mis hijos, cocinero es el pequeño y este (Paco),

ENTREVISTADORAS. - Muy bien, o sea que la saga sigue.

ISABEL. - Si, pero todos han trabajado aquí. O sea, poco más o menos saben de qué va la cosa. Pero cocineros con formación de escuela dos. Aquí llaman por teléfono y dicen busco trabajo,  aunque sea de cocinero. Mis hijos se han tirado cinco años en Almería para sacar la carrera, “aunque sea de cocinero “y no saben que es  una carrera como otra de cinco años, y luego la práctica que tiene que tener.

ENTREVISTADORAS. - Y él con la escuela que tenía, porque la base la llevaba de aquí con la madre o con la abuela.

ISABEL. - Ha habido mucho cambió. Tanto trabajo que había. Es que Villena cuando yo vine aquí parecía una capital. Las grúas que habían subiendo edificios. Ahora están derribando, en vez de subir bajan. Hay un cambio del cielo a la tierra. Había mucho calzado y venían viajantes de calzado, también de la feria de muebles de Yecla, venían, dormían, se iban, … ahora no hay, ni allí, ni aquí,

ENTREVISTADORAS. - Ahora también las comunicaciones son más fáciles y hace que la gente pues si tiene que ir a Alicante pues va y viene en el mismo día.

ISABEL. - Ha ido todo al hoyo y ahora lo han terminado de rematar. Aquí no se podía descansar ni un segundo de tantísimo trabajo que había. Terminabas con la cocina, que era tarde, cuando terminaba de pasar gente o de servir mesas y venía alguien que decía: qué veníamos a comer o veníamos a cenar. Pero si aún no hemos comido nosotros, las personas no sabían se habíamos comido o no. Y se juntaba la comida con la cena y los desayunos con los almuerzos. Era mucho, mucho, trabajo. Y trabajar como mulos, o como un negro, aunque ahora no se pueden nombrar a los animales, ni los negros, … Antes un cómico hacía reír y ganaba dinero y ahora no puedo trabajar porque si nombrado a un manco, cojo, a un tartamudo, … no lo puede nombrar. Estamos en una generación que no está bien.

ENTREVISTADORAS. - Para ustedes, la generación de ustedes que han vivido el cambio ha sido demasiado porque nosotras poco a poco nos hemos ido adaptando a lo nuevo que venía , pero para ustedes ha sido duro de aceptar.

ISABEL. - La época de Apadis, que venían todos los artistas, que tenían voluntariamente, todos se quedaban aquí. Hacían chistes de tartamudos, cojos, …  y chistes de toda clase, porque Arévalo mira que llevaba repertorio.  Ahora no podría estar haciendo todo eso el hombre. Era mucho trabajo y ahora no queda nada nada. Y todo se resiente. Eso trajo mucho dinero para todos, para aquí y para otros muchos sitios. Arévalo fue el principal para levantar Apadis. El se encargaba de buscar a otros para que vinieran artistas de todas las clases y ya los conocíamos de todos los años. Y venían desinteresadamente las personas, ellos pagaban la comida y la estancia lo demás todo era gratis. Ahora hacen algo en la plaza de toros a beneficio de algo, pero como cobran no queda dinero. Si tienes que pagar a todos luego no queda nada

ENTREVISTADORAS. - Ahora todo es de usar y tirar, todo rápido, salvarme yo, …

ISABEL. - Y eso no puede ser. Ahora está peor.

ENTREVISTADORAS. - Sí, sí lo ves desde esa parte de que el cambio es para que estemos mejor, las personas tenemos que pasar por una serie de etapas para reflexionar sobre cómo nos dirigimos a los animales, a las personas, que hay una reflexión, ..

ISABEL.- A Arévalo le nacía, lo hacía, y con Bertino Osborne, hacían una pareja los dos que te tenías que reír con ellos, y hablaban de los chistes que hacían. ¿Y el podía hablar? si tenía una hija con síndrome de Down, no podía hablar y sin embargo el hombre contaba, teniendo a la mujer con cáncer y tenía que hacer de tripa corazón para decir que fulano tenía un cáncer y se estaba muriendo, y era un chiste y su mujer la tenía así. Y es que ahora no aguantamos nada nada nada y todo nos sabe mal, y ¿de qué te sabe mal? ¡Si tenemos de todo! tenemos que trabajar, porque claro, como tú tienes, pues a ver trabajador tú te ibas a fumar y a tomar café y a tomar y yo estaba aquí al pie del cañón. Cuando salía la Virgen de los Salesianos, mira que estaba cerquita y no podíamos salir ni verla por la cantidad de gente que teníamos que atender. No te podían entretener ni un segundo. Y después claro, es que no caen, hay que ganarla.

ENTREVISTADORAS. -   Ha sido una época dura, porque es que salisteis de una época también muy dura, de mucha necesidad.

ISABEL. - Aparte de eso es que trabajábamos mucho. Hacías una hora y te suponía poder comprarte algo. Cuántas personas cuando terminaban de trabajar iban a hacer alguna tarea, a arreglar un váter, cambiar un cristal que se le había roto, …  mucha gente de esa después de trabajar se sacaban de la fábrica tarea para hacer en casa. Había un trabajo para todos y ahora no. Ahora es que se te rompe una silla y la ves en la basura, porque vale más el remiendo que una nueva. Antes la arreglaban, se volvía un jersey le cortaban las mangas le sacaban los puntos y añadías unos puños nuevos. Hoy quién sabe subir un doble de pantalón hoy día muy poca gente, quién sabe ponerse un botón, tan fácil, pero es eso

ENTREVISTADORAS. - Y a ver y nos tenemos que adaptar a la sociedad que tenemos

ISABEL.- porque antes era ponerte a hacer un jersey, o unos calcetines o una camisa, …

ENTREVISTADORAS. - Pero sus nietos estarán inmersos en esta sociedad

ISABEL. - Tengo de todos los mayores tienen ya 30 y 38 otro está estudiando y cuando viene de vacaciones enseguida aquí a trabajar. El primero que abre y el último que se va. Estas fiestas han trabajado se ha hecho cuatro o cinco pases de músico viene se ducha y a trabajar. Ese está en Roma.  Antes desde la Plza. de toros hasta bajo todo eran comercios, ahora todo se vende, se alquila.

ENTREVISTADORAS. - Y lo del “Mercaico Negro” tiene alguna relación

ISABEL. - No, no nada. Yo no se porque se llamaba así porque allí todo era transparente y honrado. Era un aliciente y mucho trabajo, cuando llegaba el día del “mercadico”. Allí vendían huevos, animales vivos, frutas, verduras, de todo. Aquí también nos traían los huevos frescos en dos cestas y los animales vivos para matarlos nosotros. Y quedarnos sin pollos y salir corriendo a por más traerlos matarlos, pelarlos trocearlos y hacer la comida que necesitaras. Te ponías a pelar patatas y te ponías un saco al lado y ale a pelar dos barreños grandes para tener para hoy y para mañana. De cebollas pues pelabas medio saco para tener para el día. Ahora no ahora viene todo partido pesado, todo preparado para hacerlo.

ENTREVISTADORAS. - Ahora todo es diferente se prioriza la producción que vaya todo rápido.

ISABEL. - Ahora llamas por teléfono y dices: mándame 500 chuletones y al día siguiente los tienes aquí partidos y envasados. Y había trabajo para todos. Cuando las personas estaban en las fábricas y tocaban las sirenas bajaban todas con los sacos llenos de tareas para hacerlas luego en sus casas. Y cuando venían a mediodía ya se subían con el saco del día anterior hecho para entregarlo. Y así que ganaban, el marido, la mujer, el hijo, todos ganaban, porque todos trabajaban. Hoy no hacen nada, solo con el móvil y no le digas que te ayuden a nada, que no están nunca disponibles. Eso no ayuda a tu inteligencia porque escriben la mitad de las palabras y luego van a la escuela y hacen lo mismo.

ENTREVISTADORAS. - Yo creo que con esto ya podemos terminar. Nos ha hablado de la responsabilidad, de la alegría que le suponía el trabajo,

ISABEL.- Yo he estado con mi marido 64 años de día y de noche, y mas felices que el mundo. Antes ni ducha ni agua caliente, una batica de percal que había que plancharla y éramos felices. Cocinábamos con carbón y cuando se humedecía no iba. Mi hijo pesó 5,300 al nacer y hasta el final del embarazo aquí trabajando que había que subir la ropa mojada escurrida a mano, a la terraza para tenderla porque no había lavadoras. El agua a lo primero la cogíamos de una fuente que había en la calle y de ahí se cogía con cantaros o garrafas. Cuando nació mi hijo me dieron 16 puntos y enseguida a trabajar. Lo tuve en el ambulatorio que había frente a la plaza de toros con D. Rafael el comadrón y Gloria la comadre. 

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