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ENTREVISTA Nº 33

 

 

 

 

                                                                                                                                                     

CELIA SÁNCHEZ NAVARRO (1937- …)

Cada vez que hemos contactado con alguna mujer para que nos contase un aspecto de su vida por el que destacó y que por ello queríamos recopilar su experiencia, nos encontrábamos en la mayoría de los casos, con la sorpresa de otras muchas variantes o matices de su trayectoria vital, que nos parecían tan interesantes y dignos de ser añadidos a este trabajo, porque reflejaba un tipo de mujer con unas características que sobresalían de las normas sociales que se establecidas en esa época. Este es el caso de Celia. Nosotras llegamos a ella gracias a una exposición sobre Mujeres deportistas de Villena que se realizó en el Polideportivo Municipal, con motivo del 8 de marzo de 2022, dónde una persona asistente hizo el comentario de que allí faltaba Celia Sánchez Navarro, que fue una de las pioneras en el fomento del deporte femenino en Villena y en concreto del tenis. Fue una gran deportista y a partir de esta faceta al entrevistarla encontramos como nos ha ocurrido con otras, que al sumergirte en su vida,  aparecían otras variantes que llenaban también su vida y le daban el perfil que en el momento de la entrevista tenía.    

Vamos a entrevistarnos con ella en una cafetería, por su propia decisión, el día 3 de agosto de 2022. Fue una conversación de varias horas muy interesante, divertida y llena de anécdotas dónde cada palabra, cada gesto y cada comentario reflejaba su poderosa energía y su gran personalidad manifestándonos cómo ha entendido ella la vida manteniéndose fiel a ella misma hasta el día de hoy.

 No podemos grabar por el ruido ambiente que hay y nos dice que tomemos nota de todo lo que vaya ella diciendo.

Celia nació el 2 de marzo de 1937 en la Pza. de Biar. Es la pequeña de 5 hermanos. Su etapa escolar fue corta y va desde los 4 a los 9 años al colegio de Carmelitas. Le gustaba mucho jugar y sobre todo pasar su tiempo leyendo. Es así, que a los cuatro años ya leía cuentos. Una vecina  solía decirle: “¡¡ya estás leyendo!!”, y ella tumbada en el suelo seguía leyendo. Su padre era constructor y su madre para ayudar en la economía familiar puso una tienda de zapatillas en su vivienda familiar en la calle Trinidad. Esto acaba pronto porque su madre muere cuando ella tiene 8 años de un accidente en el tren. Las necesidades del cuidado de la casa las cubría su hermana mayor que fue la única que estudio dos años de bachillerato, el resto de los hermanos muy pronto se pusieron a trabajar. A los 9 años empieza a ir a casa de María la Minera para ir aprendiendo a coser, y está sólo como aprendiza hasta los 14 años que pasó a casa de Belén Cantos Izquierdo, costurera en la Corredera frente al Villenense, dónde ya podía considerarse un trabajo porque le pagaba algo por coser y le ayudo a perfeccionar este arte.

Cuando tenia 18 años y ya se habían casado sus hermanas mayores Celia se quedó al cargo de los cuidados de la casa, de su padre y dos hermanos solteros. Según sus palabras: “tres hombres era mucho trabajo para una casa”. Ella se ocupaba de todo el trabajo cotidiano que llevaba el cuidado de casa: lavaba la ropa a mano de todos, fregaba los suelos de rodillas, cocinaba, compraba, planchaba, … y además sus conocimientos de costura le llevaban a aumentar estas tareas con:  darle la vuelta a los puños y cuellos de las camisas, remendar los pantalones y calcetines, confeccionar nuevas prendas, … pero su padre no daba valor a todo el trabajo que hacía ella, menospreciándolo. En una ocasión llegó a decirle que si fuera a una fábrica sabría que era trabajar y ella sin pensarlo dos veces, al día siguiente entró a trabajar a la fábrica de Diego Borrego y Perpiñán, que estaba cerca del Colegio de Príncipe D. Juan Manuel, ocupándose ella de parte de la oficina. Su padre era muy estricto y esa misma tarde cuando llego a casa a cenar a las siete, como hacía siempre, a él le gustaba tener la cena ya puesta en la mesa y ¡no pudo ser¡ porque ella salía a las ocho. Cuando ella llegó y le dijo que venía de trabajar de una fábrica y que tendría que esperarse cada día a que ella llegase para prepararle la cena, su padre estaba muy enfadado, dio un puñetazo en la mesa y le dijo que con el permiso de quien se había ido ella a trabajar a la fábrica. Sólo estuvo dos semanas porque esa situación no podía mantenerse. De esta forma Celia demostró a su padre que atender las tareas del hogar también era un trabajo muy necesario para el mantenimiento de la vida. Esta situación se mantuvo hasta la muerte de su padre en 1974, no impidiéndole durante todo ese tiempo que ella siguiese superándose y cultivándose día a día manifestando su rebeldía hacia la rectitud de su padre.

Una de sus grandes aficiones de pequeña era montar en bicicleta. Al verse beneficiada al recibir una herencia de 10.000 pesetas, por la amistad que mantenía su padre con el gerente el Sr. Fillolls de la finca de Carboneras dónde él era administrador, ella insistió en que le comprara su primera bicicleta que tanta ilusión le hacía.  Su padre accedió y ella la utilizaba como su propio transporte, en una época en la que no era habitual ver a una mujer montando   en bicicleta. Todos los días la cogía para ir a comprar el pan a casa de Ramona en las Casicas de Hellín (hoy Navarro Santafé) demostrando con ello sus ansias de libertad e independencia, rasgos estos que va a mantener toda su vida.

Consideramos a Celia pionera en muchos aspectos. Uno de esos logros fue que ella a los 24 años, comienzo de la década de los sesenta, consiguió el carnet de conducir. Ella fue la única mujer que había en el examen práctico que se hacía en los alrededores de la plaza de Toros.  Según su testimonio mayoritariamente eran hombres con tractores o motocicletas quienes se examinaban. Cuando le tocó a ella el ingeniero cogió una teja y la partió en dos trozos que colocó junto al bordillo y le dijo que aparcara el coche entre las tejas. Ella así lo hizo y de ahí paso a la prueba teórica en el patio del Ayuntamiento dónde estaban las señales de tráfico que ella tenía que reconocer. Para poder hacer esta prueba era preceptivo tener el Servicio Social aprobado, donde tenía que dedicar una parte de su tiempo a la sociedad y en concreto ella se dedicaba al reparto de alimentos y atención a personas que lo necesitaran. Este servicio se hacía desde la Sede de la Sección Femenina situada en la plaza de las Malvas.

En un tiempo en el que el deporte no estaba valorado, exceptuando el futbol para los hombres, ella encuentra un hueco en un grupo de chicas que jugaban a baloncesto organizadas desde la Sección Femenina, entrenado en la plaza Mayor, sin más material que una canasta cogida a la pared y un balón. Nos comentó que este deporte no la entusiasmaba y por aquellos años empezaba a gestarse el Club de Tenis Villena, como no, impulsado por varios hombres y alguna mujer en la sombra. Celia a través de una amiga se va acercando a este deporte. La organización del club pretende participar en un Torneo en Elche y era imprescindible que hubiese mujeres en el equipo proponiéndoselo a las que estaban iniciándose. Llega la fecha del torneo y ante el nivel de sus oponentes ninguna de sus compañeras quiso participar excepto ella, que llevaba muy poco tiempo y no sabía siquiera coger la raqueta. Esta situación no fue un motivo suficiente para ella negarse, afrontó la situación, asumió la derrota y ella misma se retó diciéndose que ya no le pasaría más y la impulsó a entrenar diariamente sólo con la ayuda de un libro. De esta forma perfeccionaba técnicas, saques y enseñó a su perro Carmelo “Melo” a recogerle las pelotas y a llevárselas y desde entonces fue una difícil rival a quien era difícil ganarle, ni siquiera cuando competía con los hombres.  Jugó 30 años al tenis, hasta que cumplió los 65 años y tiene 65 trofeos de diversas categorías. En revistas españolas especializadas en Tenis, aparecen referencias a ella como ganadora de individuales del Campeonato de Albacete.

Con el tiempo ella fue asumiendo responsabilidades en el club y cuando ya estaba consolidado, se encargaba de organizar torneos femeninos, llegando a participar a nivel provincial y nacional. Celia promocionaba a su empresa fue promotora de algunos torneos femeninos que los patrocinaba con el nombre de “Creaciones Yeny”.  Estos torneos se realizaron durante ocho años y se dotaban además de los trofeos con una cantidad económica que se obtenía del dinero aportado por los patrocinadores. Todo el dinero que se recogía se repartía en los premios llegando a conceder un premio de 50.000 pesetas para la vencedora en un cuadro de 32 tenistas.  

Gracias a los importantes contactos que ella iba haciendo, para inaugurar las pistas de tenis, del Círculo Agrícola Mercantil Villenense, le encargaron a ella la gestión de traer a las primera Raquetas Nacionales femeninas: Carmen Perea, Silvia Blume, Carolina Franch, Susi Díaz de Elche y las hermanas Ordiñaga.

Ella, junto a otras compañeras, representaban al Círculo Agrícola durante los años 1994 a 1997, jugando por toda la provincia de Alicante y gran parte de la Comunidad Valenciana respondiendo a la invitación de otros clubes. Infatigables e entusiastas, desde primeras horas de la mañana, cogían el coche para desplazarse al lugar del partido y volvían bien entrada la tarde de un día del fin de semana y siempre dispuestas a llevar los colores del Círculo allá dónde fueran, abriendo lazos de unión con otros clubes. Así fue formándose un equipo de mujeres tenistas de Villena que llegaron a ser veteranas.  Estas eran Celia González, Leo Calabuig, Antonia Santa, Maruja Francés, Mercedes Cerdán, Virtudes Navarro, Paquita Motos, M. Carmen Hernández, Julia López y Celia Sánchez.  

Su capacidad emprendedora, la llevó a ser pionera en otros aspectos que en aquellos tiempos las mujeres no solían participar. Ella fue creadora de su propia empresa de confección.  

Celia nos comenta como empezó su relación de sociedad con Genoveva, a quien le gustaba que la llamaran Vivi. Cada día que ella iba a por el pan a casa de Ramona (en Navarro Santafé) se saludaban porque vivía muy cerca de la panadería. Un día la invitó a entrar a su casa a ver un cuadrito que había pintado. Celia la anima a participar en la escuela de pintura a la que ella iba, para perfeccionar su estilo y de ahí nace una amistad que duraría hasta la muerte de Viví en el 2006. Genoveva tenía 10 años más que ella y se dedicaba a hacer ropa de bebe que repartía por las tiendas o hacía por encargo y muchos de estos se le quedaban sin cobrar ofreciéndose Celia a ayudarle a hacer los recibos y a ir a cobrar para que le pagasen lo que le debían. Es con esto con la que inicia su proyecto de empresarias, sugiriéndole Celia que hiciera un muestrario para llevar por las tiendas, no solo de Villena sino de otras localidades. Su primer pedido se lo hacen desde Benisa y lo tiene enmarcado en su casa y en Villena su primer encargo fue de tejidos Valor.  Empezaron diseñando y confeccionando las dos en casa de Viví y luego pasaron el taller a la calle Sta. Mª de la Cabeza en el primer piso de la vivienda de Celia, llamándose la empresa Creaciones Yeny. Cuando la empresa ya estaba más consolidada montaron una tienda de ropa infantil, especialmente de ceremonia y de trajes típicos de Andalucía en la Calle Trinidad, siendo propias todas sus creaciones. Siguieron con los diseños de ropa infantil y colegial creando los uniformes del colegio de Paulas y de otros centros de distintas localidades.

Fueron unas de las primeras empresarias de Villena y recibieron su reconocimiento en el “Primer encuentro de Mujeres Empresarias. Homenaje a las pioneras” en 2007 junto a Genoveva Martínez,  Juana Hernández,  la de Casa Gallardo y M.ª Carmen Céspedes de Cronos.

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Esta polifacética mujer muy culta para su tiempo que, sin tener ningún estudio, ella hace referencia a los libros, como sus grandes aliados, junto al diccionario. Es autodidacta en todos los ámbitos que ha vivido, siempre tan impulsora y con ese afán de superación nos comenta como ha llenado sus momentos de ocio toda su vida.

Empezó a pintar por los años 60 en la escuela de pintura de Antonio Cernuda Juan que era practicante y también pintor que estaba frente al quiosco de la Paloma. Los temas que ha representado son de todo tipo: autorretratos, paisajes, bodegones, tauromaquia, religiosos, costumbristas, … y copias de grandes pintores como las Meninas de Velázquez cambiando el autorretrato del autor por el de ella misma. Ha participado en exposiciones individuales y colectivas:

En 1960 participa en la Exposición de pintores de Villena con motivo de la creación de la Sociedad de amigos de las Bellas Artes y en la II Exposición provincial de pintura Premio San Fernando en Alicante.

En 1961, 1962 y en 1963 expone en la Caja de Ahorros del Sureste de España en Villena.

En 1964 participa en la exposición junto al escultor Fernando García Vitoria (sobrino de Lola Vitoria compositora villenense) en la Caja de Ahorros del Sureste de España de Villena con 20 obras de ella.

Fundadora del Grupo Salvatierra de Villena. Organizaron las exposiciones de arte en Villena de artistas noveles y veteranos a partir de 1975 ubicadas en la sala de Exposiciones del Círculo Agrícola Mercantil y en el claustro del Ayuntamiento, con el fin de alentar a la juventud.

Su gran pasión que era leer y cultivarse le lleva a escribir toda clase de poesías. Tiene una gran profusión de ellas y en noviembre de 2009 queda finalista en la categoría de veteranos en el VIII Certamen regional e intercomarcal de poesía Onda Cero Yecla.

Su amor a la naturaleza y a los animales la llevaron a tener un caballo que adquirió como potro de 3 años, llamado Goliat al que cuido y mantuvo durante 24 años. Diariamente salía con él a montarlo, pasearlo o a rodarlo. Tenía un hermoso porte y con él participaba junto a otras amazonas en concursos y exhibiciones, llegando a salir en las fiestas de moros y cristianos de Bañeres a petición de su alcalde.    

Su amor a la libertad, a la autonomía y a la independencia la llevan a ser una mujer, soltera por convicción, en un tiempo que la soltería no estaba bien vista. Ella manifiesta que le habría gustado tener hijos o hijas, pero no a cualquier precio. Tuvo varias relaciones, pero en ninguna veía a la persona con la que querría compartir su vida.

 

ALGUNOS DE SUS CUADROS

 

 

CELIA CON GOLIAT

CELIA TENISTA

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